Por NotiTravesías – julio 22 de 2025

En el corazón del Magdalena Medio, donde la selva se abre para dejar paso a las aguas oscuras y profundas del río Carare, un corregimiento de Santander resurge como símbolo de paz y destino turístico único en Colombia. Se trata de La India, un pequeño poblado de campesinos y mineros ubicado en el municipio de Landázuri, que hoy abre sus brazos al turismo con una experiencia difícil de igualar: vivir la minería artesanal de esmeraldas a orillas del río.

De escenario de conflicto a territorio de paz

Hace pocas décadas, el nombre de La India y de su cuenca, el Carare, se mencionaba con tristeza: una región golpeada por la violencia armada y olvidada por el Estado. Pero los habitantes, organizados a través de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare (ATCC), decidieron resistir de una forma diferente: con el diálogo, la organización y la defensa de la vida.

Esa resistencia no violenta se convirtió en ejemplo nacional, al punto que en 2023 la Cámara de Representantes presentó un proyecto de ley para declarar oficialmente a La India y al Carare como Territorio de Paz y Reconciliación, reconociendo la valentía y sabiduría de su gente para mantener a salvo a su comunidad en medio del fuego cruzado.

Hoy, La India no solo es un símbolo de paz sino también de esperanza, demostrando que otro futuro sí es posible.

El Carare, un río de esmeraldas

El Carare es un afluente del río Magdalena que serpentea entre montañas, selvas y playas de arena, llevando consigo historias de oro verde: las esmeraldas. Desde hace generaciones, los campesinos ribereños han practicado la minería artesanal, lavando arenas y tamizando piedras en busca de las codiciadas gemas.

Este saber ancestral heredado en parte de los mineros de Cimitarra y Muzo es ahora el centro de una experiencia turística vivencial. Quienes visitan La India pueden acompañar a los mineros, aprender las técnicas tradicionales, sentir la emoción de encontrar una piedra preciosa y descubrir un oficio que mezcla esfuerzo, paciencia y conexión con la tierra.

Uno de los atractivos más valorados por los visitantes es justamente la posibilidad de sumergirse en el río y ensuciarse las manos con la tierra del Carare, mientras escuchan las historias de quienes han hecho de este oficio su vida, todo esto rodeado por un paisaje espectacular de aguas transparentes, arenas blancas y exuberante vegetación.

Aventura y biodiversidad

Pero no solo las esmeraldas atraen a quienes llegan a estas tierras. La cuenca del Carare es rica en biodiversidad y, con suerte y respeto, es posible avistar caimanes, especialmente el Caiman crocodilus fuscus, especie típica de las riberas del Magdalena Medio. Aunque no abundan, algunos lugareños reportan avistamientos ocasionales en playas y remansos, lo que añade un componente de aventura a la experiencia.

Las aves, los peces y la flora tropical completan el cuadro de un viaje inolvidable para quienes aman la naturaleza y las historias auténticas.

Herencia, cultura y futuro

La experiencia en La India y el Carare no es solo turismo: es un viaje a la memoria y a la resiliencia de un pueblo, allí, en medio de piedras y sus oscuras aguas, los visitantes encuentran una comunidad que supo levantarse del dolor para convertirse en ejemplo de convivencia, y un río que sigue regalando vida, belleza y esmeraldas.

Quienes buscan una travesía diferente, auténtica y con propósito, tienen en La India y el Carare un destino ineludible: donde la paz y las esmeraldas se encuentran.

¿Cómo llegar?

Llegar a La India es parte de la aventura, la ruta recomendada para los viajeros que vienen desde Bucaramanga o Bogotá es la siguiente:

  • Sal desde el cruce de Puerto Araujo, sobre la Troncal Central del Magdalena.
  • Continúa hacia el sur por la carretera hacia Cimitarra.
  • Unos 5 kilómetros antes de llegar a Cimitarra, toma el desvío señalizado hacia La India.
  • El camino alterna entre asfalto y trocha, por lo que se recomienda vehículo para este terreno o contratar transporte local.
  • Desde la cabecera del corregimiento, los guías locales te llevan en canoa o a pie hasta las playas y sitios de minería artesanal a orillas del río.

Se aconseja coordinar la visita con anticipación para asegurar el acompañamiento de un guía experimentado que garantice la seguridad y te enseñe el oficio de los mineros.

Fotografía: Nicolás Gómez, Cimitarra (Santander), Colombia