Turismo en Chocó, un viaje para los sentidos

Visitar la mejor esquina de América es sumergirse en un recorrido entre selva, manglares, playas desoladas, ríos que cuentan historias y parques naturales. Así avanza su apuesta hacia una propuesta sostenible en el tiempo.

El Chocó es una tierra de contrastes. Lo tiene todo y no tiene nada. Es adrenalina y calma. Es bulla y silencio. Es agua y sequía. Es parranda y religión. Por donde se mire, su territorio, al igual que su gente, es libre, colorido y natural. El único departamento de Colombia con costas en los océanos Pacífico y Atlántico guarda un encanto exótico que se funde entre ritmos frenéticos y una evidente herencia africana latente por doquier.

Durante décadas, el Chocó fue tierra de locales, el turismo eran los recorridos entre municipios que hacían sus propios habitantes por descanso o trabajo. Un panorama que empezó a cambiar hace algunos años cuando la inversión de empresarios nacionales llegó al territorio y se hizo evidente en la construcción de otras alternativas de hospedaje, nuevos restaurantes y una oferta turística más amplia con actividades para diferentes públicos, lo que trajo consigo a visitantes de Colombia y del mundo.

“El turismo ha venido creciendo en los últimos años en el departamento y en gran parte se debe a la apuesta de los entes territoriales. Los mandatarios han entendido que esta es una de las economías más pujantes del mundo y que el Chocó tiene todo el potencial para darse a conocer y hacer que colombianos y extranjeros nos visiten y quieran volver”, cuenta Yerlin Palacios, coordinador de turismo departamental.