La hora del turismo

Con la expedición de la Ley 300 de 1996, conocida como ley general de turismo, se inició en Colombia una potente estrategia para el desarrollo del sector, utilizando el llamado Diamante de Porter, que es un modelo para determinar las ventajas competitivas que puede alcanzar una país en un momento determinado, partiendo de la base que estas no se dan, sino que hay que crearlas a través de políticas públicas, que mejoren las condiciones de los factores de demanda, sectores afines y de apoyo y la estrategia, estructura y rivalidad de la empresa.

Dentro de este enfoque, la ley previó el desarrollo de un plan sectorial de turismo, la adopción de medidas para cada uno de los sectores turísticos, en particular del social, del mercadeo, la promoción y la cooperación, del turismo internacional, de establecimiento de incentivos tributarios, del establecimiento del registro nacional de turismo, de la definición y reglamentación de los prestadores de servicios turísticos, de los derechos de operadores y usuarios y de la protección al consumidor.

Con base en estas políticas, y con las que se han adoptado en años subsiguientes, a pesar del conflicto interno, el sector muestra hoy una desarrollo excepcional, que se refleja en mayor llegada de turistas extranjeros, la construcción de nuevos hoteles, el alza de la oferta y ocupación hotelera, el aumento de la mano de obra y el mejoramiento de la infraestructura vial, marítima y aérea. A ello hay que agregar que con la suscripción de acuerdo de paz, Colombia ha mejorado su percepción a nivel internacional. Ante una situación interna tan favorable, unida al proceso externo de globalización que amplió el poder adquisitivo a sectores de la población que apenas lograban movilizarse en su entorno, el país debe trazar nuevos derroteros para el turismo, con base en una acción conjunta por parte del sector público y privado.

Por parte del Gobierno, el presidente Duque tiene plena conciencia que el turismo “es el nuevo petróleo” del país porque es un generador de empleo, inversión y oportunidades siempre que se haga con sostenibilidad y con respeto al medioambiente. Por ello tiene como una de sus metas principales dar continuidad y mejorar lo hecho por administraciones anteriores para modernizar el sector utilizando las nuevas plataformas digitales. Ello corre en paralelo con la necesidad de crear esquemas de tipo fiscal, financiero, fomento de la inversión externa y, sobre todo, introducir valor agregado y una oferta diversificada.

Por su parte, el sector privado, a través de sus diferentes gremios, tiene también una amplia tarea que cumplir. Al respecto, Cotelco, como lo comentó su presidente en la pasada Asamblea de Cartagena, ha venido desarrollando un conjunto de iniciativas para mejorar la competitividad del sector como el índice de competitividad turística regional, el Centro de Pensamiento Turístico de Colombia y un Plan Estratégico de Innovación y Desarrollo Tecnológico del sector hotelero. Igualmente, ha propuesto una nueva Ley de Turismo que busca mejorar la gobernanza del sector, incluida la institucionalidad del mismo, el control a la informalidad y el registro nacional de turismo. De no crearse el Ministerio de Turismo, el sector debe seguir en el Mincomercio y no pasarlo al Ministerio de Cultura, como algunos han propuesto.