- On 23 octubre, 2020
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Los ‘glampings’, crecen en seguidores y precios
El Eje Cafetero tiene este tipo de alojamientos que mezclan naturaleza con glamour.
El furor de los ‘glampings’ ha crecido durante los últimos meses luego de que el gremio hotelero tuviera permiso para reaperturar sus servicios. Y aunque son algunos de los alojamientos con más reservas en todo el país, también han estado en el blanco de las burlas en redes sociales por cuenta de los altos precios que cobran estos hospedajes que mezclan la naturaleza y comodidad.
La palabra ‘glamping’ surgió de fusionar glamorous (glamoroso) y camping (acampar) y así se dio origen a este nuevo término que ha tomado fuerza entre el sector turístico, no solo por los diseños que privilegia el contacto con la naturaleza, sino por los protocolos de bioseguridad, pues las habitaciones son distantes unas de otras y no comparten áreas comunes. Cada huésped cuenta con su propio jacuzzi, zona de alimentación, mirador, entre otras.
El Eje Cafetero es una de las regiones con más alojamientos de este tipo debido al paisaje que predomina en los tres departamentos. No obstante, la mayoría de estos se ubican en Caldas y Quindío, donde hay más de 25 que incluyen planes para parejas, familias o amigos. Y que, además, cuentan con spa, fogatas y otros servicios como deportes extremos y caminatas ecológicas para sus visitantes.
Muchos de ellos están diseñados en forma de casa, domos transparentes o iglúes. Para el caso de Caldas, principalmente se encuentran ubicados en la vía entre Neira y Manizales, en Villa María, en inmediaciones del Nevado del Ruiz, Manizales y otros municipios como Aranzazu y Belalcázar.
En el Quindío hay en el valle del Cocora, Salento, Filandia, Calarcá, Buenavista y Quimbaya. Los precios en la región oscilan entre 350.000 y 1’000.000 de pesos la noche.
Aunque su precio puede llegar a ser más elevado que el de un hotel tradicional, los turistas han preferido estos hospedajes e incluso algunos de ellos ya no cuentan con disponibilidad de reservas para este próximo mes.
Cerca al Parque Nacional Natural los Nevados, en Caldas, está ubicado uno de los ‘glampings’ más exclusivos de Colombia, el ecolodge El Nido del Cóndor.
“Nuestro sitio es una meseta, aislada por dos ríos en medio de las montañas, la única forma de entrar es caminando o en un cable aéreo de 530 metros de largo que pasa sobre uno de los ríos. Fue diseñado para un turismo extranjero, de naturaleza, de avistamiento de aves, un tipo de turismo que aprecia estas bondades y asume el costo”, indicó Tomás Botero, su propietario.
Una noche en este alojamiento, que solo tiene cinco habitaciones, vale un poco más de un millón de pesos, con el que se paga no solo por una habitación de 83 metros cuadrados, con un balcón desde donde se puede observar volar al ave nacional, sino por toda una experiencia de conservación.
“Estamos resembrando 67 hectáreas de bosque que fueron destruidas por la ganadería, también trabajamos en restauración de la fauna y flora local. Hay un biólogo encargado de estudiar y monitorear al cóndor y un guía turístico que identifica cada una de las especies que pueden avistarse. Cuando alguien pregunta el precio no ve eso”, añadió Botero.
De acuerdo con Paola Cristancho, presidenta ejecutiva de Cotelco Caldas, es un tipo de turismo y alojamiento que cada vez tiene más adeptos. “Prueba de ello son las cifras de septiembre, la ocupación de este tipo de espacios rurales fue del 49 %, mientras que los hoteles de ciudad estuvieron cerca al 14 %”, indicó.
Cada vez son más los empresarios que invierten en este tipo de negocios y, a pesar de su costo, han encontrado visitantes nacionales y extranjeros dispuestos a pagar por las particularidades que ofrece cada uno.
“Se ha especializado, unos en estar en lugares donde se pueden ver estrellas y otros se enfocan en que sus cabañas sean realizadas con materiales amigables, otros en flores, en café o fueron creados para nómadas virtuales, quienes trabajan desde lugares en medio de la naturaleza”, añadió Cristancho.
Susana Restrepo, vocera de Alojamientos Rurales de Colombia y copropietaria de glamping Lumbre en el Valle de Cocora, en Salento, Quindío, señaló que los precios se deben a que son más que un hospedaje pues ofrecen una experiencia.
“No es solamente pasar una noche en un lugar y ya, sino que la gran mayoría están en lugares rodeados de ríos, lagunas, quebradas y naturaleza. Son hoteles boutique con máximo 12 habitaciones y el servicio es muy personalizado, lo que hace que sea un poco más costoso que un hotel tradicional”, indicó.
Para Restrepo, la pandemia por el coronavirus ha generado un cambio en las preferencias de los visitantes.
“Al ser un ‘glamping’ no hay aglomeraciones, ni pasar por un corredor con 50 habitaciones, sino que son pocas y las personas se sienten más seguras en estos sitios. Después de la cuarentena tan larga que tuvimos en el país, las personas ahora quieren estar en contacto con la naturaleza’’, explicó Restrepo, quien agregó que durante la semana de receso hubo gran afluencia de visitantes a estos sitios.