Ubicada en Cundinamarca, es conocida como la Villa de San Miguel de Guaduas y se destaca por su centro histórico, declarado Monumento Nacional. Fue fundada en 1572 y es la tierra natal de Policarpa Salavarrieta.

Situada en el norte del Tolima, es un importante puerto fluvial con una rica historia colonial. Es conocida como la "Ciudad de los Puentes" y fue declarada "Pueblo Patrimonio" de Colombia en 2010. El Puente Navarro es considerado su símbolo representativo.

Mariquita, en el norte del Tolima, es un destino histórico y natural que conserva el encanto colonial del medio Magdalena. Conocida como la Ciudad de los Manantiales, ofrece cascadas, termales y arquitectura patrimonial. Su riqueza cultural y hospitalidad la convierten en una parada clave en Magdalena Travesía Mágica. Un lugar donde la historia, la naturaleza y la tradición se encuentran.

Conocido por sus antiguas minas de oro y sus impresionantes cavernas, es ideal para el ecoturismo y la exploración. Sus paisajes montañosos, ríos cristalinos y senderos ecológicos lo convierten en un lugar perfecto para los amantes de la naturaleza y la aventura. ¡Descubre la magia de Falan y su riqueza natural!

Armero Guayabal, Tolima, es un destino cargado de historia y memoria. Conocido por la trágica erupción del Nevado del Ruiz en 1985, hoy es un lugar de reflexión y aprendizaje, donde se pueden visitar el Parque Monumento a las Víctimas y otros sitios conmemorativos. Además, su entorno natural ofrece paisajes montañosos, ríos y una cálida hospitalidad. Un destino para honrar la historia y descubrir la resiliencia de su gente.

Destino histórico y colonial a orillas del río Magdalena. Conocido por su pasado tabacalero, conserva su arquitectura republicana y calles empedradas que transportan al visitante en el tiempo. Su clima cálido y su entorno natural lo hacen ideal para paseos en bote, caminatas y turismo cultural.

Lérida, ubicada en el corazón del Tolima, es un municipio agrícola y cálido que florece entre cafetales, arrozales y cañaduzales. Su tradición campesina, paisajes verdes y gente amable la convierten en un destino auténtico. Lérida representa la fuerza del campo y la calidez de su cultura.

Con su clima frío y paisajes espectaculares, ofrece senderismo, avistamiento de frailejones y recorridos por páramos y aguas termales. Su arquitectura colonial y la calidez de su gente hacen de este pueblo un lugar perfecto para desconectarse y admirar la majestuosidad de los Andes.

Rodeado de verdes paisajes y un clima fresco, es ideal para el turismo rural y la degustación de su exquisito café. Sus calles con arquitectura colonial, su vibrante cultura y su conexión con la naturaleza lo convierten en un lugar perfecto para una escapada inolvidable.